por Carla Minet
Vemos cómo los medios de comunicación tradicionales o comerciales actúan a veces como autómatas, conectándose a la información oficialista y descansando en lo que dicen y hacen los funcionarios/políticos, aunque sea para divulgar una repetición de imágenes e informaciones sin sentido, o peor, una estrategia de publicidad bien montada para hacer quedar bien al cliente.
Los colegas periodistas y todos aquellos que formamos parte de los medios de comunicación en cualquiera de sus facetas, de dirección, producción, audiovisual, etcétera, tenemos un reto enorme de llevar la información que la audiencia necesita, no la que las agendas político partidistas quieren que llevemos. Ese siempre ha sido un gran reto para la prensa, y hoy continua vigente, según demostró la pobre cobertura de muchos medios durante el incendio en Cataño.
Vemos cómo, en contraste, hay otros medios alternos que proveyeron información más relevante. Y no nos referimos tan sólo a medios de comunicación alternos, sino a las tecnologías de la información, como los teléfonos celulares y sus populares mensajes de texto, o el internet, con su email y sus redes sociales, que cada vez resultan preferidas por una audiencia que tiene algo que decir.
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