domingo, 25 de julio de 2010

UNA INDUSTRIA ABSURDA


por Juan Gelman
El lector sin duda recuerda la definición que el general Dwight Eisenhower aplicó al conjunto de industrias que engrosan con la producción de armamentos: lo llamó el complejo militar-industrial. Desde los atentados del 11/9 hizo su aparición y crece velozmente otro: el de las agencias oficiales y privadas que se dedican al espionaje interior. Su tarea consistiría en detectar los intentos de terrorismo en EE.UU. Una investigación de los periodistas Diana Priest y William M. Arkin revela que el número de estos organismos asciende por lo menos a 1271 del gobierno y 1931 compañías particulares y el de su personal, a 854.000 agentes que trabajan en programas establecidos en unos diez mil puntos del país. La investigación duró dos años y se publicó por entregas en The Washington Post.

El anuncio de la serie despertó cierto pánico en el Pentágono y la Casa Blanca.

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